Trabajan con mucho esfuerzo para mantener la tradición y esplendor – ECONOMÍA AL RITMO DEL GRAN PODER.
AMUN / 11-6-25
La mezcla del ingenio, creatividad y devoción primó entre las artesanas que apuran sus obras para la Fiesta Mayor. Sin embargo, este año esa combinación sobresalió aún más ya que tienen que enfrentar la crisis económica, ofreciendo nuevos diseños de polleras que buscan mantener viva la tradición a pesar de los desafíos.
Rosmery Botello, propietaria de “Casa La Orquidea”, un espacio destinado a la elaboración exclusiva de ropa para las mujeres de pollera, contó que en sus 25 años de trayectoria en el diseño artesanal, jamás hubo una crisis tan grande como la que atraviesa el país. “Ni en pandemia se vivió algo similar”, dijo.
A pesar de las dificultades para adquirir telas, Botello se mantuvo firme en ofrecer diseños propios, elaborados por manos bolivianas, generando empleo. «Nosotros no importamos nada, todo es artesanal. Damos mucho trabajo a las personas de escasos recursos», afirmó en un tono esperanzador.

La también diseñadora resaltó que los modelos que se trabajan en su tienda son exclusivos y que este año confeccionan para una fraternidad, que lucirá polleras con alta costura.
Aunque ella sabe que los costos de la materia prima son elevados, se las ingenia para que sus clientes cuenten con una ropa calidad y con un material duradero. “Los precios de las telas, los flecos y hasta los hilos se han duplicado”, acotó Botello, mientras en su tienda se observa una variedad de distintos modelos de centros y polleras que cuelgan de sus estantes.
Venta de polleras
Botello contó que ahora, hay mucha gente que compra las prendas de forma individual y ya no como comparsa “porque la situación es muy complicada”. Lamentó que ahora las fraternidades también hayan reducido la cantidad de sus componentes.

“La gente ya no está participando porque están optando por comprarse los víveres para comer”, dijo al precisar que de los 300 trajes que suele entregar a una fraternidad hoy sólo demandaron 130. Eso se refleja también en la avenida Baptista, una vía donde cada año suele ser muy concurrida para la adquisición de trajes; sin embargo, este año, está vacía.
Por ello, Botello agradeció al Señor Jesús del Gran Poder y a los fraternos que bañados en su fe y devoción participan, dando trabajo a los artesanos.
Con ella coincidió Yadira Laura, la propietaria de “Confecciones Estrellita Boutique”, quien dijo que aunque a cuenta gotas, este año, algunas fraternas le dieron trabajo.

“El Gran Poder activa la economía, por eso muchos de los artesanos esperamos esta fiesta para generar recursos”, dijo Laura, mientras afanosa confeccionaba el forro de una pollera en su máquina. Contó que aunque el costo del material incrementó, ella realiza un buen trabajo para que sus clientes la busquen por su trabajo.
Esta es una muestra de que la fe y devoción al Señor del Gran Poder siguen impulsando a las fraternidades a participar en la entrada y las artesanas se esfuerzan por mantener la tradición y el esplendor de la festividad.
VZS
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